Hay caminos que nos llevan por rumbos desconocidos, a lugares que quizás nunca imaginamos llegar, pero aun así decidimos seguirlo aunque estos también nos lleven a tomar decisiones difíciles, decisiones que quizás nos dejen sin amigos o familia, sin trabajo o casa, en fin, decisiones que nos pueden beneficiar como también perjudicar, pero si no nos arriesgamos a seguirlo puede que nos quedemos estancados en la frase “Que hubiese pasado si….”. Yo me arriesgue y al principio no me gusto lo que conseguí a cambio de seguir a lo que mi corazón me pedía a gritos, aun pienso en que hubiese pasado si hubiese hecho las cosas de otra forma. En ocasiones, la manera en que hacemos las cosas a veces no son las mejores ni las indicadas, la gran mayoría nos dice que antes de hacer alguna no cosa lo pensemos dos veces, razonar todo parece lo mejor, pero como hacemos cuando el corazón dicta el camino a elegir o la decisión a tomar, como no hacerle caso cuando te lo pide con desesperación y anhelo, cuando se trata de amor o de algo que realmente te importa, como decir que no. El problema puede aparecer cuando te das cuenta que heriste a alguien cercano o decepcionases a los que mas quieres, que perdiste el apoyo de tus cercanos o desapareció todo lo que un día tuviste, miras atrás y no hay nada, solo queda el presente y el futuro, en ese momento el regalo perfecto seria una maquina del tiempo que nos lleve atrás para arreglar lo que destruimos con nuestras decisiones, pero por mas que lo deseemos dicha no hay ninguna maquina que pueda retroceder el tiempo, solo nos queda seguir nuestro camino con la frente en alto, aunque quede ese vacío dentro de nosotros que nos impide respirar.
De eso esta hecha la vida, de errores y metidas de pata que nos lleven a ser mejores personas o que simplemente nos haga ver quienes somos realmente.
Y aunque el camino que tome y la forma en que lleve a cabo mis decisiones pudieron afectar a varios, No me arrepiento en absoluto de haber corrido todos los riesgos por aquello que me importaba.